(Por Favio Montes) Claudia Roldán es una ciclista de 49 años oriunda de
Lanús Oeste, pero residente en Corral de Bustos, Córdoba, desde hace ya
más de dos décadas. Ha realizado en varias ocasiones el cicloturismo
Arco a Arco, uniendo 400 kilómetros en dos días de ciclismo pleno a
través de las rutas de la provincia mediterránea. Roldán adquirió como
propio este deporte a partir del entusiasmo y énfasis que le causó
observar, por primera vez, a ese grupo de hombres que completaron esta
travesía. Es por ello que decidió comenzar a entrenar para, con la
compañía de una amiga, ser las primeras mujeres en realizarlo.
– ¿Cuándo empezaste a bicicletear y por qué elegiste el ciclismo y no
otro deporte?
– Hace alrededor de once años que empecé con el ciclismo y elegí este
deporte porque siempre me manejé en bicicleta para hacer mandados, ir al
trabajo y ese tipo de cosas, y como se había formado un buen grupo de
ciclistas, me gustó intentarlo.
– Las primeras veces, ¿para qué lugares u otros pueblos salían a
entrenar?
– Una vez que teníamos armada la bicicleta, que es una bicicleta
especial para ruta (que cuenta con cubiertas más finas, cuadro de fibra
de vidrio y accesorios como computadora, caramañola y apoya-brazos),
íbamos a Villa Colonia Italiana, que es un pueblo cercano y hacíamos 20
kilómetros sumando varios viajes para practicar y perderle el miedo a la
ruta. Más adelante fuimos a Camilo Aldao, que entre ida y vuelta hay
alrededor de 50 kilómetros y lo hacíamos en pelotón.
– Esto les ayudaba a mejorar la preparación y el estado físico…
– Sí, llegábamos hasta donde podíamos, si no arribábamos a Camilo Aldao
nos volvíamos porque las condiciones climáticas influyen mucho en esto.
– ¿Cómo te enteraste del Arco a Arco?
– Había un grupo de no más de 12 personas que empezó a realizarlo,
entonces me entusiasmé y con una compañera comenzamos a entrenar para
lograrlo, ya que como siempre se hacía para el aniversario del pueblo
(14 de noviembre), irlos a recibir significaba una gran alegría y un
orgullo porque son 400 kilómetros en bicicleta y no es para nada fácil.
– ¿En qué consiste el Arco a Arco?
– Desde Corral de Bustos se alquilaba una combi o un colectivo,
dependiendo de la cantidad de personas que concurrían, y se llegaba a la
ciudad de Córdoba, donde pasábamos la noche y a primera hora del día
siguiente (a las 5) nos levantábamos, armábamos las bicicletas y a las 7
salíamos desde el arco de Córdoba. La primera etapa era desde allí hasta
Ticino y comprendía 200 kilómetros, aunque igualmente íbamos parando en
los pueblos por los cuales pasábamos y nos alimentábamos. Llegábamos a
la tardecita a Ticino, pasábamos la noche en un hotel y al próximo día
hacíamos la otra mitad del recorrido.
– Fuera de la entrevista me dijiste que a este cicloturismo lo
completaste varias veces… Precisamente, ¿cuántas?
– Lo realicé en nueve oportunidades, en ese sentido soy la más antigua
entre las mujeres, porque la otra chica con la cual empecé lo hizo cinco
veces pero después se mudó a otra localidad y dejó la actividad. Sin
embargo, ahora se sumaron muchas chicas, el tema está repartido casi
equitativamente entre hombres y mujeres, y si este año lo puedo hacer
completaría las diez ediciones.
– ¿Fue difícil transitar los primeros años, teniendo en cuenta que
había mayoría de hombres, a excepción tuya y de tu amiga?
– Al principio sí, porque son un poco machistas y se creían que las
mujeres nunca íbamos a poder lograrlo, aunque ya con el correr del
tiempo esto dejó de pasar, debido a que les demostramos que nosotras
también podemos hacer lo mismo y hasta mejor en algunas circunstancias.
– Incluso llegar a mandar en el pelotón, que no siempre sean los
hombres los que tengan que cubrirles el viento…
– Así es, igualmente se han portado bien, nos cuidaron así que en ese
aspecto estuvimos muy bien como grupo.
– Si bien se sabe que los ciclistas van en un gran pelotón, y con el
agregado que en las últimas ediciones se fue sumando mucha gente, en
cierto punto puede resultar peligroso, ¿te tocó participar en algún
accidente o hecho similar?
– Sí, de hecho hubo un año en que éramos 101 ciclistas, entonces fue
muy complicado transitar la ruta, debimos parar más veces de lo que
estaba estipulado porque cortábamos mucho el tránsito y se volvía
peligroso, entonces teníamos que dejar pasar a los autos porque se
formaba una hilera muy larga detrás de nosotros. Ahí sí hubo caídas
aunque nunca me pasó, solamente participé de roces o frenadas bruscas,
que hemos tenido todos.
– Teniendo en cuenta los caminos por los cuales marchan en las
cercanías de Córdoba y también por condiciones climáticas adversas, el
recorrido se puede hacer más difícil.
– Claro, porque nos ha tocado mucho viento y lluvias pero teníamos que
hacerlo igual, porque el colectivo nos dejaba allá y se volvía a nuestra
ciudad, así que debíamos continuar en bicicleta, hemos pedaleado bajo la
lluvia en forma más lenta para completar los tramos.
– ¿Cómo eran las llegadas al Arco de Corral de Bustos y, más
precisamente, a la Plaza 25 de Mayo, la plaza del centro?
– Lo más emocionante fue anteriormente en mi primer raíd ciclístico
cuando llegamos a Ticino, porque nos esperaron periodistas para
entrevistarnos, nos hicieron firmar un libro de visitantes del pueblo,
los chicos de las escuelas nos estaban esperando, fue todo muy
conmovedor. Una vez en Corral de Bustos ya teníamos esperándonos a
nuestra familia, amigos y vecinos. Siempre coincidió con el cumpleaños
de uno de mis hijos, lo que era una pena no compartir el día con él,
pero esto hacía al encuentro aún más gratificante.
– A medida que pasaban los años, cada vez se sumó más gente. ¿Pensás
que fue por ser durante el aniversario del pueblo?
– Es así, además porque previamente se realizaban otros actos donde
participaban los colegios y la culminación era la llegada de los
ciclistas, por eso había mucha gente.
– ¿Algún momento que resaltes de estas nueve ediciones?
– Las cenas en Córdoba y Ticino eran muy divertidas, aunque estábamos
muy cansados de pedalear durante 12 horas. En ellas se contaban chistes,
nos recibían con asado y algo de alcohol, no nos cuidamos en nada,
aclarando lo que a muchos les parece lo contrario. En definitiva, es un
fin de semana de distracción, aunque igualmente hay que estar preparados
físicamente para no perdujicarse a uno mismo ni a los demás.
– También es muy importante el equipo de apoyo…
– Sí, nos acompaña una ambulancia y un auto de soporte, el cual nos
alerta sobre el estado de las rutas y reproduce música, así vamos
previniendo la situación y de paso nos divertimos.
– Hubo años en los que realizaron una especie de obras de beneficencia
por los pueblos que transitaban. ¿Qué me podés contar de eso?
– Claro, se han llevado y donado juguetes y bicicletas a Ticino y se
sortearon entre los chicos de las escuelas que nos estaban esperando.
Antes de realizar el sorteo, a cada uno de los jóvenes se le repartía un
número para participar del mismo.
– Podría decirse que entre Corral de Bustos y Ticino hay un vínculo muy
afectivo…
– Hasta el momento sí, aunque en el último año se tomó otra ruta, por
Ticino no se pasa más, cambiándose el recorrido pero manteniendo el
kilometraje.
– No son sólo ciclistas de Corral de Bustos los que realizan este
cicloturismo…
– Es así, a tal punto que muchas veces quedó gente sin cupos para
anotarse, por lo que ahora la cantidad de ciclistas no supera los 50 o
60 como máximo para evitar inconvenientes en general. Igualmente, lo han
completado ciclistas de pueblos aledaños, tanto de la provincia de
Córdoba como de Santa Fe, además de gente de Ticino, Carlos Paz y
Córdoba capital.
– ¿Te estás preparando para realizar el número diez en noviembre
próximo?
– Sí, me estoy entrenando, no tanto en ruta pero sí en spinning porque
el clima frío te frena un poco para salir, y esperando llegar con el
mejor estado físico posible.
– Recordémosle a la gente en qué fecha se realiza.
– Siempre se llevó a cabo el 14 de noviembre, pero desde el año pasado
se cambió al fin de semana largo del 25 del mismo mes, ya que de esta
manera hay gente que puede unirse con el agregado del día feriado.
wikitea2014 